Conocí a María y a la meditación como práctica el mismo día. Su delicadeza, paz y serenidad fueron el prólogo de una experiencia que despertó en mi nuevas sensaciones.

No puedo imaginar una mejor mentora, acompañante o guía tras haberla conocido. Cada sesión es una página en blanco donde ella me alienta a pintarla de colores de distintas tonalidades, con distintos pinceles y lo que considero más enriquecedor, a observar con ojos del alma el resultado final.

Aprender a conocerme a través de mi respiración, aprender a escucharme a través de mis silencios. Qué regalo, aprender con la dulce mirada de María.

Sé que el universo pone en tu camino a las personas que necesitas y tú eras la persona que yo necesitaba para aprender a parar..... y pare y eso me ha proporcionado tranquilidad, paz ..... que era lo que me faltaba....

Contigo María he aprendido a darme cuenta, a estar presente, aceptar que lo que pasa es lo que tiene que pasar, a sentirme a gusto conmigo y a entender un poco más a mis seres queridos.... Eres mi jardinera preferida, pues has plantado en mí muchas semillas que ya están empezando a florecer. Muchas Gracias por estar ahí.

Trabajar con María fue una experiencia bellísima, un acompañamiento de nutrición y limpieza interna muy necesario que sin esperarlo fue también un acompañamiento emocional desde el primer momento. No puede haber combinación mas bonita.

Me lancé a sus manos y deposite toda mi confianza en su sabiduría y, la delicadeza con la que nos hacía navegar las sesiones. La recomendaría a toda aquella perdona que desee conocer su cuerpo de manera profunda y cómo sus hábitos alimenticios están ligados a sus emociones y a su experiencia personal, en poquitas sesiones aprendí muchísimo sobre mi misma, y aun hoy saboreo sus ricas recetas. Además, es un amor de persona.